No quiero ser aquel remanso de paz,
con quietud de suelo, con pureza de aire;
quiero ser ese volcán temido y admirado
por su soberbia, fuerza y calor.
Quiero ser fuego para quemar tu carne,
quiero ser agua para aplacar tu sed,
o licor para embriagarte y confundirte
como confundiste mi alma
con tu modo de querer
Quiero soñar que en mi no existen
nostalgias ni penas del ayer,
que mi vida fue una noche,
o quizá del tiempo un día,
efímera melancolía
que me hiciera estremecer.
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No deseo que en mis horas
vuelva a anidar la añoranza,
que aquel que en su vida alcanza,
lo sublime del vivir
se queda con la dulzura
con la divina esperanza
de que su alma y su amor,
nunca podrán morir.
quiero en tu hambre ser trigo,
quiero en tu boca beber
gota a gota tus ansias de amoríos
y así llenarte de besos,
besos que sacien tu sed,
que sólo puedas querer
hoy y siempre el amor mío.
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