K
E
T
H
Y
C.
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Te alejaste de mí
sin saber por qué lo hacías,
tal véz por que temías
a tu propria realidad.
Son cobardes en el mundo
los que viven de recuerdos
por que sus dorados sueños
no pudieron realizar
y viven para el hastío
y viven para amargar
el derecho a la dicha
de tener un nuevo hogar.
Yo no vierto el veneno de un amor frustrado
cegado por el dolor de un triste fracaso,
ni acoso con mis celos a quién me da en sus brazos
juventud, belleza y cariño
y la alegría de un niño como una oportunidad
para despertar sin miedo
a una nueva realidad.
Sólo algo en común tenemos,
amar el pedazo de vida
que fue el fruto de mis sueños,
que aún siendo vos el dueño
como yo no la amarás.
Pese a todo... no te odio,
yo no tengo rencores
ni alberga mi pecho intrigas;
cuando pase el poco tiempo
que aún te queda de vida,
verás que a los enfermos
de egolatría y vanidad
solamente les espera
una negra soledad.
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